El vivo retrato de la clase media mexicana | Opinión: "Roma"

La leyenda ha vuelto. Después del rotundo éxito taquillero y de crítica de Gravity (2013), filme que le fue acreedor al Premio de la Academia a Mejor Director, el realizador mexicano Alfonso Cuarón regresa a su hogar (literalmente) para filmar una cinta bastante única y especial, tanto para él, como para todos: Roma.

Resultado de imagen para poster roma cuaronEl filme ganador del León de Oro del Festival de Venecia, y recientemente nominado a 3 Premios Globos de Oro (Mejor Guión, Mejor Director y Mejor Película Extranjera), remonta al espectador a la difícil segunda mitad del siglo XX en México donde, dentro de una familia clasemediera de la Colonia Roma, se encuentra Cleo (Yalitza Aparicio), la ama de llaves y nana de la familia, encabezada por la Sra. Sofía (Marina de Tavira).

Dentro de ésta cinta, a través de diversas situaciones, se exponen las barreras personales que tiene Cleo, principalmente por su status socioeconómico; así como por el importante rol que desempeña en la familia para la que trabaja.

Cuando alguien realiza cualquier cosa con mucho o poco esmero, se nota a simple vista, y es ese el punto más importante que tiene Roma. Siendo ésta una historia parcialmente autobiográfica, donde Cuarón presenta sus recuerdos y los de su nana Libo, se puede percibir el ejercicio de autoreflexión que éste desempeñó a la hora de construir el universo de Roma.

Es precisamente ésta autoreflexión la que transporta a los espectadores en una ola de la nostalgia y retroceso en cada uno de los momentos del pasado de quien aprecie el filme: habrás vivido o no durante los años 70, pero de una u otra manera, la cinta hará que el espectador recuerde episodios de gran importancia en su vida, en especial durante la niñez.

La historia, más allá de lo nostálgico que puede representar, pese a la época en que se desarrolla, es bastante vigente: muestra el otro lado de la moneda. En vez de exponer propiamente la historia de una familia de clase media, se encarga de explorar —y homenajear— la vida que tienen las trabajadoras domésticas, unos personajes particularmente importantes en las familias mexicanas que, por desgracia, no se les ha dado la debida importancia. Y no conforme con ello, también explora los terrenos de la desigualdad social y racial; esto derivado de los problemas que llega a enfrentar Cleo como una mujer de clase baja y de origen mixteco.

Y además, junto con todo lo anterior, es un claro homenaje a la mujer: sin importar la raza, el origen étnico o la clase socioeconómica, destaca los problemas (aún vigentes) que padecen las mujeres en México; y esto representado de la mejor manera a través de la aparente dicotomía de Cleo y Sofía, la madre de la familia. Son un par de mujeres cuyas barreras sociales se quiebran y desaparecen al tener un mismo eje en común: la injusticia que sufren como mujeres.

A manos de Eugenio Caballero, ganador al Óscar a Mejor Dirección de Arte en 2007 por El laberinto del fauno (Del Toro), la exactitud con la que llevó a cabo la construcción escenográfica de las distintas locaciones que conforman Roma es verdaderamente sorprendente: las fachadas, los juguetes, los muebles, la ropa, los peinados. Absolutamente todo funciona a la perfección, dando como resultado, una visión casi documental-antropológica de la cotidianidad de la segunda mitad del siglo XX en la Ciudad de México.

Sin embargo, dicha perfección del diseño de producción es apreciable gracias al trabajo que presenta Alfonso Cuarón como Director de Fotografía, quien tuvo que tomar el cargo después de un desajuste de agendas entre él y su colega Emmanuel Lubezki.

Probablemente todos nos quedamos con la incertidumbre de saber cómo iba a verse Roma a manos de El Chivo, y es evidente que nunca lo sabremos, pero, a pesar de ello, Cuarón realizó un estupendo —y sorpresivo— trabajo en la fotografía. La constante presencia de planos secuencia (estilo personal del director), además de la poca utilización de planos cerrados son algunas de las características más notables del filme.  Gracias a esos planos abiertos, Alfonso introduce al espectador a su contexto. En la versión que él tiene de México: un país de injusticia, de sufrimiento, de hipocresía; pero también de cines gigantescos, de bosques, de corretizas por las diversas calles de la Colonia Roma, de habitaciones desordenadas.

No obstante, es evidente la característica más importante que tiene en términos fotográficos: el blanco y negro. Un blanco y negro que, cual fotografías cuyo color se disipa por el traspaso del tiempo, representa la permanencia de los recuerdos pero solo en esencia pues, el color y lo vívido del momento, conforme pasa el tiempo, se va perdiendo hasta quedarse sólo con el meollo de lo vivido.

En un cine mexicano en el que, en su mayoría, resulta inaudible lo que sucede en la cinta, Roma se posiciona para hacer la diferencia gracias al trabajo con tecnología de Dolby Atmos. En una simple escena como en la de un hospital, eres totalmente capaz de escuchar tanto la conversación central de la escena como de lo que sucede alrededor de la misma: las enfermeras hablar, otros pacientes hablar con otros doctores, los murmullos. Ningún detalle se te escapa. El trabajo de diseño sonoro te deja completamente boquiabierto.

Majestuoso, sublime, excelso y maravilloso; conmovedor, apantallante, magnífico, extraordinario. Excepcional, magistral, admirable; divino, hermoso y bellísimo. Los anteriores catorces adjetivos son los que describen la actuación de Yalitza Aparicio, la actriz nata que interpreta a Cleo, personaje principal de Roma e inspirado en Libo. Empero, a pesar de la larga lista calificativa del desempeño de Yalitza, pienso que la que mejor la describe es prodigia

Yalitza Aparicio es una mujer originaria de Oaxaca cuyo sueño es ejercer como maestra de preescolar que nació con el innato talento para las artes dramáticas, y se percibe claramente en cada minuto que transcurre durante las dos horas que tiene de duración el filme. Es sin lugar a dudas la actuación del año y una de las mejores interpretaciones que se han visto en la historia del cine.

Así como los mejores vinos son los que llevan mucho tiempo añejados, lo mismo sucede con Roma. No se tarda años, pero sí es importante mencionar que es una película lenta. Tarda su debido tiempo para que ya comience con la historia, pero como se menciona en El Corán, "No desesperéis de la misericordia de Alláh", pues conforme transcurre la cinta, se revela ante el espectador una historia maravillosa.

Roma, la nueva película de Alfonso Cuarón que está dando de qué hablar se estrena el día de mañana (14 de diciembre del 2018) en la plataforma de Netflix y de igual manera, se encuentra en diversas salas de cine independientes. Para más información consulten la página oficial de la película para buscar en qué cines está disponible dicha cinta.

RECOMENDACIÓN FINAL: Si es posible, véanla en salas de cine, pues la tecnología que carga consigo el filme solo es apreciable dentro una sala.

— Daniel Maraz 

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