La oportunidad de Gary Oldman | Opinión: "Darkest Hour"

Un género cinematográfico que llama mucho la atención, tanto a la crítica como al espectador, es sin lugar a dudas el cine bélico. Éste género nos ayuda a comprender de una manera más didáctica el desarrollo de algún tipo de conflicto de carácter nacional o internacional; además, nos ayuda a reflexionar sobre el daño que puede causar un conflicto armado, tanto para los participantes, como para los civiles que resultan afectados de una u otra manera.

Filmes de éste tipo han habido muchos: desde The Birth of a Nation (1915) de D.W. Griffith, ambientada en la Guerra Civil Norteamericana (1861-1965) —desde la perspectiva supremacista blanca—; hasta conflictos más modernos como la Primera Guerra Mundial (1914-1918) con títulos como Paths of Glory (1957) de Stanley Kubrick o la Guerra de Vietnam (1955-1975) con Full Metal Jacket (1987) del mismo Kubrick.


Entre todos los conflictos armados que se han adaptado al cine, quizás el más atrapante es la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) con grandes clásicos del cine como La vità e bella (1997) de Roberto Benigni; Saving Private Ryan (1998) y Schindler's List (1993) de Steven Spielberg; así como los filmes realizados al poco tiempo del fin de la guerra como fue el caso del movimiento cinematográfico denominado neorrealismo italiano. Éste conflicto en particular llama la atención de la gente debido a la gran repercusión que tuvo para todo el mundo, así como el interés de la gente por saber más sobre sucesos terribles como el Holocausto Judío provocado por Adolf Hitler y su Partido Nazi.


La gran mayoría de éstas cintas adaptan combates específicos o historias sobre soldados o militares importantes —Hacksaw Ridge (2016) de Mel Gibson o Patton (1970) de Franklin Shaffner—; pero en ésta ocasión, Joe Wright, el director de éxitos como Pride and Prejudice (2005) y Atonement (2007), nos presenta una película biográfica sobre un hombre que fue crucial para el triunfo de los Aliados, pero que no estuvo en combate: Winston Churchill.


Mayo de 1940. La Guerra ha estallado, Hitler comienza a atacar Holanda, Bélgica y Francia, y la clase política del Reino Unido está en crisis. El Parlamento exige la renuncia del Primer Ministro Neville Chamberlain (Ronald Pickup) debido a su ineptitud para llevar las riendas de la nación en tiempos de guerra. Chamberlain acepta su renuncia pero ahora se encuentra en la necesidad de encontrar a su sucesor. El candidato preferido del Partido Conservador es Lord Halifax (Stephen Dillane) pero éste lo declina argumentando que no se siente preparado aún para tomar el cargo. Después de una exhaustiva búsqueda, deciden nombrar, por beneficio del Parlamento, a Winston Churchill (Gary Oldman), que para ese momento era el Primer Lord del Almirantazgo.  Una vez que Churchill asume el cargo de Primer Ministro, deberá de lidiar con las recurrentes críticas que recibe por parte de sus colaboradores por su egoísmo, aparente ineptitud y falta de escrúpulos al decir lo que piensa ante los demás, mientras intenta llevar al Reino Unido por el camino correcto durante la Guerra.

Un gran acierto de ésta película es la forma en que se nos presenta a Churchill. Indiscutiblemente es una de las personas más importantes y con mayor influencia del siglo XX, por lo que se interpreta como un sujeto duro e inquebrantable, pero a lo largo de la película descubrimos lo contrario. Tenemos la oportunidad de ver a Churchill desde distintas perspectivas: a Winston Churchill como esposo, como padre, como jefe, como Primer Ministro. Es la oportunidad que tenemos para conocer a Winston Churchill desde su lado más humano.


La banda sonora, encargada por un constante colaborador de Wright, Dario Marianelli, es interesante. Totalmente conformada por orquesta pero que capta el sentimiento que presentan los personajes, especialmente el de Winston Churchill. Sin embargo, a pesar de lo interesante que resulta, no es el sello más fuerte de la cinta. Cumple su cometido como complemento narrativo y nada más. Aunque cabe recalcar que no es mala, simplemente no trasciende durante el desarrollo del filme.


Debo decir que el aspecto visual me atrapó bastante. Joe Wright recurre al constante uso de planos cenitales, aunque no abusa de ellos, para presentarnos el entorno. El uso de los colores, así como el trabajo del diseño de producción —ambientación, vestuario, peinado— son impresionantes. No me sorprende que Joe Wright complazca al espectador con el diseño de producción pues ya ha tenido experiencia en la realización de cintas de época, es decir, ambientadas en otro tiempo al nuestro.


Destaco de igual manera el trabajo del maquillaje para Gary Oldman en su papel de Winston Churchill pues, desde que se revelaron las primeras imágenes de él caracterizado como el Primer Ministro, la gente quedó sorprendida por el parecido entre el actor y el verdadero Churchill. Aunque, el trabajo de maquillaje no solamente está bien logrado con Gary Oldman, sino también con Kristin Scott Thomas, quien interpreta a Clementine Churchill, la esposa de Winston Churchill.


Pero, indiscutiblemente el mayor acierto de la cinta es el propio Gary Oldman. No es secreto que es uno de los mejores actores que existen en la actualidad pero, al ver Darkest Hour, en lo único que podrás pensar es en la maravillosa interpretación que realiza. Su rango de voz y su desenvolvimiento con los demás personajes son algunas de las características más destacables de la construcción del personaje hecha por Gary Oldman; además de la apropiación de señas particulares y modismos del propio Churchill. Será inevitablemente conmovedor el tener la oportunidad de escuchar de la propia voz de Gary Oldman los más célebres discursos que en algún momento ofreció Winston Churchill, tanto para el pueblo británico, como para el Parlamento, incluyendo su famoso discurso We shall fight on the beaches o Blood, toil, tears and sweat.


La película se encarga de explicar los primeros sucesos de la Segunda Guerra Mundial de la forma más sencilla posible, por lo que no te tendrás que preocupar si no eres muy conocedor sobre la Guerra. Sin embargo, si tienes conocimientos básicos sobre el desarrollo de la Guerra, no tendrás ningún problema a la hora de ver la película. Incluso, te encontrarás familiarizado con algunos de los sucesos más importantes dentro de los primeros años de la Segunda Guerra Mundial.


Darkest Hour es una película bélica diferente a las que se nos suelen presentar habitualmente: no nos relatan enfrentamientos trágicos, ni la historia de valientes soldados que destacaron en batalla; sino que nos relatan un fragmento de la Segunda Guerra Mundial a través de la organización política y militar, enfocándose en un personaje de gran trascendencia como lo fue Winston Churchill.


Espero ansiosamente que a la hora de la publicación de las nominaciones de la Academia, Darkest Hour sea un filme que reciba múltiples nominaciones incluyendo Fotografía, Maquillaje, Diseño de Producción, y por supuesto: Mejor Actor. De ésta última categoría creo ciegamente que Gary Oldman saldrá victorioso.)


Darkest Hour o Las horas más oscuras llega a los cines de México el próximo 19 de enero.


— Daniel Maraz

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